Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un arbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que de lo poco que quedaba de ese tronco que él había cortado, brotaban renuevos. Mi padre asombrado, y a la vez con cierta tristeza, dijo:


-Yo estaba seguro de que ese arbol estaba muerto al ver que había perdido todas sus hojas. No pensé que como era invierno y hacía tanto frio, las ramas se debieron quebrar y caer como si al viejo tronco no le quedara ni una pizca de vida. Pero ahora me doy cuenta que aún alentaba la vida en aquel tronco.


Y volviendose hacia mi, me aconsejó:

-Nunca olvides esta lección. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamas tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes decisiones importantes cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá.

Mirror: http://www.javiergomezdiaz.net/2009/05/zen-management-decisiones-en-epoca-de_25.html

1 comentarios

  1. seo surrey // 5 de marzo de 2010, 6:26  

    Yo se que el sentido de la historia es la moraleja, pero es que cuanta leña necesitaba tu padre? hubiera podido cortarle dos o tres ramas laterales sin tumbarlo no? :)