-Una vez escogemos un camino es necesario que nos centremos en él y dejemos de lados las opciones rechazadas – dijo el maestro a sus aprendices.

Longan, el discípulo que “no sabe aprender”, escucha con atención. A la salida de la conferencia, es invitado por un grupo de personas a dar una charla en un bar. Cuando se habla del pago de la misma, Longan dice:

-Rechazo todo pago. Hice mis estudios para ayudar a los demás, soy un servidor y sólo quiero divulgar la palabra de la Fe. Así pues, voy a darla gratis.

El grupo agradece el ofrecimiento y Longan imparte la conferencia. Al terminar la misma, Longan pregunta:

-Sólo por curiosidad, me gustaría saber cuánto dinero he rechazado.

Al enterarse de la excelente paga que hubiera recibido, Longan se siente explotado por el grupo que lo había invitado. Entonces acude a su maestro para contarle su malestar. El maestro le dice:

-Cuando uno hace una elección, debe reflexionar sobre lo que va a hacer; debe elegir de forma coherente con su valores y actuar en consecuencia. A partir de ahí, uno debe dejar de lado las otras alternativas.
-¿Por qué maestro?
-Porque si no lo haces así, quedas atado a ellas. Una persona que escoge un camino y se queda pensando en lo que perdió al dejar de lado los otros, nunca irá a ninguna parte, no podrá avanzar. Para avanzar hay que saber desprenderse. No hay elección sin pérdida.
Mirror: http://www.javiergomezdiaz.net/2009/02/zen-management-el-coste-de-oportunidad.html

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